miércoles, 12 de marzo de 2008

cyrano Fernandez ( ALBERTO ARVELO: CINE VENEZOLANO DE CALIDAD EN 7 NOTAS)








7 notas musicales, bien combinadas, son suficientes para crear una obra maestra.

7 notas para dar origen a una pieza musical que más allá de sorprender por su genialidad es capaz de tocar la particular sensibilidad de cada ser humano... y mover sus emociones, quizás su conciencia, intangibles que determinan en buena parte de su vida -si no en toda- su destino.

Igual sucede con el cine. Saber combinar de manera perfecta los elementos que constituyen una producción cinematográfica, para alcanzar el objetivo final de "mover al público" no es tarea fácil. Y cuando se menciona "mover" implica todas sus acepciones lógicas para este caso: "mover masas a una taquilla y convertir la película en un éxito comercial", y/o "mover los sentimientos de una persona... quizás hacerla reflexionar".

¿Una Fórmula pre-establecida?, ¿Genialidad?, ¿Misterio?. ¿Cómo se logra la diferencia entre lo que puede ser sólo un acto mecánico y lo que es una obra artística única, diferente?.

La película "Una Casa con Vista al Mar" del director venezolano Alberto Arvelo obtuvo más de dos decenas de premios, entre internacionales -la mayoría- y nacionales. Inclusive fue la película seleccionada para representar el país en la selección de películas de habla extranjera que entrarían en competencia para la entrega de los premios Oscar de la Academia estadounidense.

Pero, antes y después de ella, Arvelo ha llevado a cabo otros proyectos fílmicos, inclusive para televisión, que de igual manera han atrapado la atención y aceptación del público. Y buena parte de ese público ha sido el venezolano, el más difícil cuando de si quiera "ver" sus propias películas se trata.

DO... (PASIÓN INTERNA)



¿Qué buscas cada vez que haces una película?
En mi caso particular busco algo que en el fondo es indescriptible en palabras sino en emociones, que es una pasión. Es algo que está dentro de uno y que no se puede evitar. Se tiene algo que se siente, algo que emociona, y se tiene que ser fiel a ese algo. En el fondo uno es fiel a ese fuego, a esa cosa que lo mueve, que ocurre en casi todas las artes: ocurre en la música, ocurre en la poesía, ocurre en la pintura. Es algo que te inflama, que te llena, de una manera muy especial. Solamente estás así de lleno cuando estás haciendo una obra de arte, o algunas otras pocas cosas en la vida. Eso es lo primero que yo busco dentro de mí, con esa cosa indescriptible que de algún modo te ata al arte, y en mi caso particular al cine.

Luego hay otras relaciones, que es lo que uno intenta que el espectador sienta con las películas. Y en ese caso yo siempre he intentado que el espectador encuentre aquello que yo mismo busco, que son emociones. Yo no creo que sea deliberado, porque uno en el arte no piensa las cosas, uno las hace y punto. Luego otro las entiende y otro las analiza y las critica y las digiere. Uno hace las cosas sin proponérselo. No es que uno diga "quiero hacer películas emotivas". Yo creo que eso sale solo, se hace lo que uno es.

RE... (ENTENDER UN UNIVERSO)

Pero tus proyectos también quieren hablar del venezolano.
Sí, yo creo que hay un intento de entender la emoción, el espíritu de los venezolanos en general; las cosas que nos mueven. En el caso de mis películas anteriores, "Una Casa con Vista al Mar" y "Una Vida y Dos Mandados" trato el escenario, el universo de los Andes, y evidentemente los andinos. Trato de entender el ritmo de los andinos, el humor, la emoción, la sensibilidad, y meterme allí, porque es una parte del mundo que me ha tocado muy cercanamente y que me ha impresionado y me ha alegrado muchísimo.

En la película más reciente, "Cyrano Fernández", hago lo mismo pero con los barrios de Caracas. Es decir, intentar meterme en las entrañas emocionales de la gente que vive en ese lugar. Antes de los páramos, ahora de los barrios.

MI... (UNA PELÍCULA DE AMOR Y DE GUERRA)

¿De qué trata esta última película?
"Cyrano Fernández" es una película basada en una historia clásica francesa, post romántica, "Cyrano de Bergerac". Es una historia muy arquetípica, de amor y de guerra.

¿Versión tuya?
Sí, versión mía. ¿Por qué llevar a "Cyrano de Bergerac" a un barrio? Porque dos de los ingredientes fundamentales que conforman a "Cyrano de Bergerac" son los ingredientes fundamentales que conforman la vida cotidiana de un barrio. Es decir, el amor, la pasión, y la violencia.

Fue una película protagonizada por Edgar Ramírez, un maravilloso actor venezolano, con muy buena proyección en el exterior en este momento, y un grupo de actores venezolanos extraordinarios: un gran actor español, uno igual colombiano, es decir, un elenco hispanoamericano. Hasta ahora estoy enormemente satisfecho con la película. Entre otras cosas estoy emocionado porque creo que hemos tocado en muchos casos la esencia de la vida cotidiana en un barrio, que para mí es en mucho el lugar más emblemático de Venezuela. Si algo es Venezuela es un barrio. Si hay una respuesta sobre la pregunta "¿qué es ser venezolano?", yo creo que esa respuesta está en un barrio... sobre la esencia. Entre otras cosas por una razón estrictamente estadística: es el lugar donde viven más venezolanos. Pero además yo diría por una cuestión espiritual: es el lugar donde se forja evidentemente una cuestión venezolana.

Es un lugar, además, menospreciado por la clase media o la clase que genera la opinión pública nacional, entre otras cosas porque no lo entienden, porque no lo comprende, o porque no ha habido un intento por acercarse al barrio como fenómeno social o como fenómeno urbano. Nosotros no solamente hicimos una película allí sino que convivimos allí, durante un tiempo, antes de hacer la película, haciendo la película y seguimos estando allí y volviendo allí. Y yo creo que eso está reflejado en esa película y eso me hace sentir particularmente orgulloso.

FA... (UNA GENERACIÓN DESPUÉS)

Existe aún en el pensamiento de la gente que el cine venezolano es lo que se hizo hace décadas y muestra pura violencia, groserías, sexo... ¿Cuál es la diferencia ahora con "Cyrano Fernández"?
Yo creo que es un estigma que tenemos desde los años 70's para acá. Yo creo que ahora hay una diferencia generacional, hay una generación de por medio. Si bien esas películas son importantes, son la historia del cine nacional y como tal hay que respetarlas y darles su sitio, son nuestra historia del cine y del arte. Pero corresponden a una época. Ahora hay películas de otra época. Cuando uno habla por ejemplo del barrio, la gente tiende a caer como en lugares comunes. Yo creo que nuestra visión es sencillamente otra visión. No es ni mejor ni peor, es sencillamente otra visión. Es la visión de alguien que está viendo el barrio una generación después. Eso me parece que determinante separa a "Cyrano Fernández" de las películas de los barrios, de las prostitutas, policías y vulgaridades como acabas de decir.

Pero también se dio un divorcio entre nuestro cine y nuestra audiencia. Y yo creo que tiene que ver aquel tipo de cine que terminó molestando a la gente. También ocurren cosas maravillosas en un barrio, y la gente quería ver no solamente aquellas cosas terribles que ocurren sino aquellas cosas maravillosas que ocurren en un barrio. Como lo que mostramos por ejemplo en "Tocar y Luchar": la niña de la Vega, caminando, haciendo música clásica virtuosamente y la familia de esa niña modificada por un fenómeno musical. Y como es la historia de esa niña es la historia de otros miles de niños venezolanos de otros miles de barrios del país, a través de la orquesta.

SOL... (ENORME FE EN EL CINE NACIONAL)

¿Qué opinas de lo que están haciendo otros directores de cine en Venezuela?
Este es un momento muy interesante. Es un momento para ser optimistas con el cine venezolano. Algunas visibles, otras todavía no visibles, porque son todavía primarias, como es el caso de los nuevos realizadores de cine de la escuela de cine de Mérida. Un grupo de muchachos muy jóvenes, con ideas muy jóvenes, con una visión del país desde la provincia, aunque sean de Caracas, pero viven allí. Es decir, librada a veces de las artificialidades de esta ciudad, o del rigor de esta ciudad, que por cierto es una ciudad magnífica pero no es toda Venezuela, es una ciudad de Venezuela. Yo por ejemplo tengo suficientes razones y he visto suficientes cosas de esta gente joven que está a penas saliendo o está por salir de la escuela de cine de Mérida, para tener una enorme fe en el cine nacional. Y de los jóvenes realizadores, que ya han soltado sus películas al público, creo que hay cosas muy interesantes ocurriendo.

El mismo caso de "Secuestro Express", me parece un caso interesante, fantástico, sobre todo desde el punto de vista que la gente se ha volcado a ver la película. Así como la película "Secuestro Express" hay otras interesantes, como la película que está por salir de Mariana Rondón que se llama "Postales de Stalingrado". Hay varios cineastas en el país trabajando en cosas independientes, interesantes, que yo creo que van a cautivar muy rápidamente y reconquistar a nuestra audiencia.

Aún así, ¿Por qué sigue sucediendo que el público venezolano prefiere llenar las salas de cine con películas extranjeras y no con las venezolanas?
El guionista mexicano Guillermo Arriaga tiene una respuesta un poco cruel: "la gente cuando las películas son buenas va a verlas". No podemos echarle solamente la culpa al público y a las distribuidoras. Yo creo que la respuesta en el caso venezolano es una mezcla de todo eso. Pero también es algo de lo que dice el propio Guillermo. Es decir, sí hay que reconquistar a la gente a través de la calidad de las películas. Este es uno de los ingredientes, que uno usualmente no toca. Nuestra tradición es echarle la culpa a los distribuidores: no nos ayudan, nos ponen en los peores espacios, en los peores cines, no nos sacan a tiempo, eso es verdad, eso ha pasado. Pasa cada vez menos, por cierto. Porque cada vez más los distribuidores se interesan en nuestro cine nos ayudan a que nos vaya bien en las películas, colocan las películas en mejores cines, eso está pasando, ha pasado con mis películas.

Pero, también por una cuestión tradicional. Es decir, la gente está acostumbrada a ver a Jean Claude Van Dame tirando patadas y ya forma parte de su forma de ver y entender al cine como espectáculo. Entonces tienes que recrear, que rehacer una tradición y permitir a la gente que se vuelque hacia eso. Yo creo que la gente tiene sed también de otro tipo de cine, la gente quiere ver otras películas: venezolanas, colombianas, argentinas, francesas, iraníes, chinas, de cualquier lugar del mundo. Por eso es que no estoy de acuerdo que se deje afuera el elemento de que tenemos que hacer mejores películas. Si nosotros hacemos mejores películas, y si los distribuidores se motivan con nuestras películas, y si el público abre un espacio para entender otro tipo de cine que no sea el cine de acción cruda y dura, y abre espacio para la emoción, para el cine independiente, para ver otras formas de ver el mundo, entonces vamos a tener mejores resultados.

LA... (LOS MEJORES PREMIOS SON LA ALEGRÍA DE LA GENTE)

¿Qué sientes cuando una de tus obras son laureadas en el exterior?
Una mezcla de sensaciones curiosas. La verdad es que uno no puede hacer una película para ganarse un premio, porque si no, no te ganas ninguno. No existe una fórmula. Sí existe una forma, una estructura para escribir un guión. Una forma que tiene signos, como en la arquitectura, como en la composición en la música, pero con lo cual no se puede crear una película con una finalidad específica, a menos que se quiera hacer un cine estrictamente comercial como es el de Hollywood. No es mi caso, ni el caso de casi nadie en el cine independiente en el mundo. Entonces una película es una apuesta, y toda apuesta está llena de azar. Te puede ir bien o te puede ir mal. Cuando uno recibe un premio se puede sentir que las cosas van mejor, o van bien.

A veces los premios más hermosos no son los que te dan aquí, en España, en Francia, o en donde sea. A veces los mejores premios son la alegría de la gente. Son la emoción, la motivación de la gente cuando ve una obra de arte. El día por ejemplo que estrenamos la película "Tocar y Luchar", en la Sala José Félix Rivas del TTC, hubo un aplauso que alguien contó por ahí que duró como 14 minutos, ininterrumpido. Y el maestro Abreu me dijo, "oye este es uno de los aplausos más bellos que yo he escuchado en mucho tiempo en mi vida". Y la gente estaba emocionada. Yo creo que estaba emocionada por muchas razones: yo creo que estaban aplaudiendo a Venezuela, estaban aplaudiendo a la orquesta. Creo que la película es un reflejo del fenómeno que es la orquesta, y creo que es un aplauso optimista, hacia delante. Ese tipo de cosas son los premios más bellos. Ese aplauso me ha emocionado más que ninguno de los premios de mis películas.

¿Cómo es tu equipo de trabajo?
Yo creo que en Cinema Sur tenemos una misión que es casi política. Es desarrollar un cine con identidad. Desarrollar un cine que nos mueva a nosotros, hecho desde Mérida o desde acá, no importa. Además de una empresa, Cinema Sur es un lugar desde donde nosotros estamos proponiendo cosas nuevas. Ahora mismo estamos pensando en producir una serie de películas de algunos de los muchachos de la escuela de cine. Es decir, que les pase a ellos lo que no me pasó a mí: "Hey, ¿quieres hacer una película?. Ven vamos a hacerla aquí". Eso sería fantástico.

En el caso de Cinema Sur es una plataforma para hacer aquellas cosas que no podemos dejar de hacer. Yo no puedo dejar de hacer cine. Así me lo proponga, no podría.


SI... (UNA VISIÓN DISTINTA DEL PAÍS)

¿Es importante hacer cine en el país?
Yo creo que no hay duda que el arte más influyente del siglo XX y XXI ha sido y seguirá siendo el cine por mucho tiempo, hasta que aparezca algo que lo desplace... como arte. Coloco a la televisión como una forma de cine en el fondo. Ambos, tomados en sí como la imagen en movimiento, son definidamente las artes que más han influenciado en la formación de nuestros pueblos. Es decir, la literatura sigue ocupando un gran espacio, el teatro sigue ocupando un gran espacio, la música, la plástica. Pero el fenómeno masivo del cine y de la televisión los coloca en otro punto. Por eso es tan importante que nosotros hagamos un cine que nos identifique como pueblo, como país.

¿Qué se está gestando en materia de cine desde Mérida?
Siento que es una visión distinta, un punto de vista distinto. No es que sea mejor, es sencillamente distinto y hace falta. Yo estoy seguro que a la gente le gustaría ver telenovelas que no sean producidas en Caracas, o que no sean concebidas por las mismas personas que siempre conciben las telenovelas. Hay algunas excepciones, hay algunos muy buenos escritores, pero la mayoría no lo son. La mayoría recurre a los tópicos, recurre a las fórmulas, a esos estereotipos nocivos por ser tan repetitivos.

La gente agradecería ver otras cosas. Como sucedió con aquella serie que hicimos para televisión, "Los Últimos", que a pesar de que fue transmitida por un canal pequeño en comparación con los otros canales, tuvo un inmenso raiting. Y el comentario general era "nos sentimos orgullosos de ver esto porque nos parece Venezuela, o parece otra Venezuela". Resulta que sí era Venezuela, sólo era distinta. Entonces la gente concibe en este momento que lo que es Venezuela en la televisión es lo que nos dan siempre: esa banalidad vacua, esa banalidad agresiva que no refleja lo que somos nosotros. Hablo del lenguaje televisivo. Y eso es terrible. Porque nosotros los venezolanos no somos eso que pintan en las telenovelas. Las mujeres venezolanas no son las mujeres que pintan en las telenovelas. No son ni el 2 por ciento. Son ofensivamente distintas a nuestras mujeres, a nuestros jóvenes, a nuestras cosas. Hay un país mucho más real, mucho más con los pies en la tierra. Mucho más sutil, mucho más poético, mucho más terrible, mucho más de todo, que no reflejan esas obras. Y la gente quiere verlo.

Eso ofrece Mérida. Una visión distinta del país. No puede ser que todo el país pase, en el caso de la imagen en movimiento que es el cine y la televisión, a través del filtro de estas visiones particulares, que tienen su valor, yo no estoy diciendo que no lo tengan. Han hecho un mundo maravilloso de cosas que también hacen falta para cada país. Lo celebro, lo aplaudo. Creo en eso, en la pluralidad. Pero también creo que hace falta ver otras cosas. Me encantaría que los venezolanos vieran otras opciones.












DO... RE... MI... FA... SOL... LA.. SI...

Pareciera que 7 notas son suficientes para crear en la música una obra maestra. Pero no es así.

Para un verdadero hombre del arte, 7 notas y su particular sensibilidad, genialidad, visión del mundo y algunas veces hasta valor para ir en contra de "lo normal y establecido" son indispensables para hacer de su producción una pieza única, diferente, maravillosa.

Quizás faltaría algo más... "un misterio" que sólo cada uno de ellos es capaz de utilizar -"domar"- a su favor cada vez que crea. Y con él lograr "transmitir emociones", "mover al público".

Esperemos la próxima película de Alberto Arvelo para averiguar si fue nuevamente capaz de hacerlo...

AGRADECIMIENTOS:

Alberto Arvelo

Ana Segovia. Asistente Ejecutiva de Alberto Arvelo. Productora y Administradora de Cinema Sur

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